viernes, 20 de diciembre de 2024

MILEI, LA CASTA Y EL POPULISMO.

Las agraviantes y temerarias declaraciones del Presidente Javier Milei, dirigidas hacia la persona de otros mandatarios de distinto signo político al que él profesa y defiende a ultranza, me hace reflexionar sobre la verdadera motivación de sus actos. 

Para situarse políticamente, el Presidente utilizó la figura de “la casta”, de forma tal de poner en evidencia un comportamiento distinto al del resto de esa clase política. De este modo distingue entre quien dispone similar forma de pensar y el resto de los mortales, que piensan diferente.

Así es como sostiene que “nosotros” defendemos las libertades del hombre y los demás desean esclavizarlos, temeraria afirmación que excluye a todo aquél que se sitúe en otra posición distinta a la de los “Libertarios” (tal como se hacen llamar). 

Sostiene que se es liberal o se es comunista, sin percatarse que en el medio de estos extremos se encuentra una variedad de pensamientos socio-políticos, suficientemente alejados de tan pobre descripción ideológica. Es más, observando sus  frecuentes declaraciones públicas, surge la noción de que no tiene la más mínima idea de que es el comunismo y ha inventado una nueva noción del liberalismo.

Esto es lo que menos preocupa. La amenaza que queda al descubierto es que, este accidental gobernante, sostiene una manera de actuar y expresarse que pone nuevamente en vigencia al “PENSAMIENTO ÚNICO”, cultura sostenida por el POPULISMO, que ha asolado a nuestro país y al Continente durante demasiado tiempo y que tanto daño nos ha producido.

Me temo que nada nuevo ocurre en este escenario que hemos creado para poder salir de la pobreza, el desempleo, la corrupción y el maniqueísmo. Tal vez se pueda superar el descalabro económico en el cual nos sumergió el populismo, pero no es de esta manera como vamos a superar los aspectos que hacen al crecimiento del país, como lo son la salud, educación y el  desarrollo social.

“Cuando la voluntad de un pueblo rompe las cadenas que la aprisionan, no es libre todavía. No es bastante tener brazos y pies para conducirse: se necesitan ojos. La libertad no reside en la sola voluntad, sino también en la inteligencia, en la moralidad, en la religiosidad, y en la materialidad. Tenemos ya una voluntad propia; nos falta una inteligencia propia. Un pueblo ignorante no es libre, porque no puede; un pueblo ilustrado no es libre porque no quiere. La inteligencia es la fuente de la libertad; la inteligencia emancipa a los pueblos y a los hombres. Inteligencia y libertad son cosas correlativas; o más bien, la libertad es la inteligencia misma. Los pueblos ciegos no son pueblos, porque no es pueblo todo montón de hombres, como no es ciudadano de una nación todo individuo de su seno.”  (BASES – Juan Bautista Alberdi – Ed. Plus Ultra – Bs.As. 1974).




viernes, 29 de noviembre de 2024

"No supimos, no pudimos impedir que tanta imbecilidad y tanta mentira contaminaran nuestra mejor voluntad cívica." (Santiago Kovadloff)

       Luego de un tiempo de vacaciones y encuentro con uno de mis hijos y su  familia, regreso al país y me  encuentro –lamentablemente- que las cosas de nuestra cotidiana realidad, poco han cambiado.

Nada extraño encuentro en ello teniendo en cuenta las vivencias que he tenido durante mi dilatada vida en estas tierras, amadas por cierto, pero a la vez tristemente olvidadas por sus habitantes y el resto del mundo.

En todos aquellos extraños lugares a los que he podido llegar, todos me preguntan casi lo mismo: ¿“Qué están haciendo los argentinos?, no llegamos a entenderlos. Disponen de todas las riquezas que la naturaleza les brinda, los recursos con que ella los bendice y tienen un gran espacio físico donde moverse y convivir, pero sus niveles de pobreza y subdesarrollo son alarmantes”.

En la historia de estos últimos cien años tal vez encontremos la explicación, no sin antes despojarnos de todo aquello que no obedezca a un juicio crítico, objetivo, racional y desvinculado de pasiones partidistas, sectoriales y/o similares. En esta investigación y análisis crítico, debe existir una gran dosis de sentido común y libertad de conciencia. Es decir, casi como “pensar en voz alta” y sin provocar el autoengaño al cual habitualmente caemos con absurda propensión.

Hoy me topé con una publicación en las benditas “redes sociales” y la compartí en mi muro personal, tal vez movido por esa pasión de docente que nunca me abandona y que ya forma parte de mi persona. Allí se expresaba lo siguiente:

                                                          “La dignidad es el respeto que debes tener hacia ti mismo, es el valor que te atribuyes como persona. Este auto-respeto te protege de ser utilizado, abusado o manipulado. Poseer dignidad te muestra que nadie tiene el derecho de humillarte, lastimarte o aprovecharse de ti. La dignidad es fundamental para establecer límites en tus relaciones. Por lo tanto, es crucial que te ames a ti mismo, te priorices y restaures tu autoestima. Aunque nadie nos enseño esto, nunca es demasiado tarde para aprender. En última instancia, la dignidad es el amor que sientes por ti mismo.”

Luego de haber publicado este interesante y aleccionador concepto, comencé con mis tareas habituales y, al regresar a mi casa, me instalé a cumplir con un estresante hábito de estos días: “ver los noticieros y ponerme al día con la información de los últimos acontecimientos de este convulsionado mundo que habitamos.

Hace bastante tiempo que sigo una serie de iniciativas que nuestros legisladores intentan llevar adelante, plasmándolas en los correspondientes proyectos de leyes que impiden que esas acciones sean tan sólo “letra muerta” y meras expresiones de deseo (o bien usuales declamaciones de los dirigentes políticos que sólo pretenden ganar voluntades). Estas cuestiones son producto de necesidades, reclamos o problemas que afectan seriamente a nuestra sociedad y, según sea la fuerza o trascendencia de esa problemática, se transforma de inmediato en un mandato social que debe urgentemente dársele respuesta adecuada.

Algunos pocos dirigentes políticos toman ese mandato y tratan de actuar en consecuencia, pero no siempre estas iniciativas “llegan a feliz término” porque siempre deben vencer los intereses sectoriales o de partes que, créase o no, superan ampliamente al interés general de la población. Además, siempre prevalece un “relato partidista y mentiroso” que disfrazado de verdad, nos sume en la confusión y genera en cada uno de nosotros frustración y desasosiego puesto que, “desde lejos”, advertimos los verdaderos intereses que movilizan tales declaraciones. Lo más preocupante, es que desde hace mucho tiempo, venimos “naturalizando” estas situaciones.

Acabo de indicar dos contextos con los cuales tropecé hoy. Uno de ellos es el concepto que arriba he reproducido y el otro se refiere a las noticias (tristes de por sí) relacionadas con la vergonzosa actuación de nuestros legisladores nacionales realizando todo tipo de “maniobras” para evitar el tratamiento de los acuciantes temas que se relacionan con la impunidad de nuestros gobernantes (últimamente muy afectos al cohecho y a las más variada gama de corrupción y delito que puedan imaginarse), también con la necesidad de castigar con mayor severidad los actos delictivos o bien vinculados con aquellos otros flagelos que rompen con la tranquilidad y paz de nuestras familias y en general de todas los ciudadanos.

En una escandalosa sesión de diputados, se frustró nuevamente el tratamiento de distintos proyecto, entre ellos el de “ficha limpia”, el de “reiterancia”, el de “juzgamientos en ausencia” y otros de significativa importancia. Toda esta maniobra viene sucediéndose durante los últimos tiempos con relevante frecuencia y, en todas esas oportunidades, siempre está presente aquel interés sectorial o de parte al que antes hice referencia. He escuchado distintas declaraciones de “nuestros representantes”, tratando de fundamentar su posición o justificar sus tristes actuaciones y, cuando Uds. las puedan apreciar, seguramente van a sentir la misma indignación e impotencia que he sufrido. Solamente están encubriendo espurias negociaciones, que no guardan relación alguna con el relato que pretenden imponernos como verdadero. Estas groseras, pueriles y hasta vergonzosas explicaciones, solamente encubren las indubitables intenciones de la “casta” y de la “no casta”, monstruo de “dos cabezas” con una única intención: engañarnos y convencernos de que lo único que persiguen es el bienestar de los argentinos…

Aquí es cuando toma relevancia aquel concepto que tomé de las redes sociales, la dignidad y entonces viene la pregunta ¿estos legisladores, actuaron con dignidad? o bien, ¿de qué manera estas tristes actuaciones de nuestros “supuestos” representantes, afectan nuestra dignidad?

Dejo librado a vuestro libre pensamiento las correspondientes respuestas. En lo personal ya dispongo de la mía. Además, considero que la mayor preocupación debe centrarse en las causas y consecuencias de esta realidad.

Inicié este escrito presentando lo inexplicable de este escenario, frente a los ojos de aquellos que no conviven con nosotros, pero detrás de esta simple anécdota se esconde una realidad subyacente que no hemos sabido transformar (ni aun podemos realizarlo), en beneficio de nuestra propia sociedad y de nuestras generaciones futuras.

No busquemos culpables y encontremos a los verdaderos responsables.  En lo personal, estoy “persuadido” de que cada uno de nosotros debe hacerse cargo de los que hemos hecho, de lo que no hemos realizado y de lo imprudente (o negligente) de nuestras decisiones. Siempre tengo presente un viejo principio que nos dice que “se es responsable por acción u omisión”, de modo que no tenemos escapatoria “, los únicos que deben responder por lo que nos pasa y por las consecuencias futuras de nuestros actos, somos todos los argentinos quienes, por acción u omisión, construimos este contexto preocupante y no podremos transformarlo hasta tanto asumamos nuestra propia responsabilidad.

Hacer o dejar hacer algo, dispone de la misma dimensión de compromiso con lo que son sus consecuencias. Tal vez una analogía ayude nuestro análisis: “robar o permitir de que se robe, nos pone en el mismo nivel de responsabilidad frente al delito realizado”…

Lo que acabo de exponer, no es otra cosa que una posición estrictamente personal, pero con ello pretendo dejar abierto un camino a la reflexión y al diálogo. Son humildes y sencillos aportes para movilizar vuestro pensamiento crítico y esto lo realizo motivado por las humillantes, vergonzosas y preocupantes actitudes de nuestros gobernantes, de todos los “colores políticos”, quienes más allá de sus aciertos o desaciertos en sus tareas administrativas y legislativas, no pueden lesionar nuestra dignidad como personas ni como ciudadanos comprometidos con nuestro país.

“Todos creemos que debemos proseguir, de una u otra manera, nuestra labor  creadora porque en esa resistencia al avasallamiento padecido vemos no solo una forma de derrotar el desaliento, sino también de preservar el espíritu crítico y el don de la convivencia.”  (La aventura de pensar – Santiago Kovadloff – 2022).-

28/11/2024.

                                                

                                                                      J.L.R.

 

 

jueves, 4 de enero de 2024

             


SITUACIÓN DEL MERCADO INMOBILIARIO - ALQUILERES PERMANENTES

                   Nos encontramos atravesando una difícil coyuntura social, política y económica. Esta situación se podría extender a lo largo de los próximos años y  afectará significativamente todo tipo de actividad económica, laboral e incluso familiar.

             Los precios, tarifas, impuestos, tasas y también los valores locativos de inmuebles, nos llevan a que se actualicen las relaciones contractuales y cambien las condiciones futuras que deberán observarse, atento a que los valores existentes son (por lo general) totalmente inadecuados e insuficientes para que los propietarios puedan mantener la vigencia de los inmuebles locados dentro de los acuerdos previos, establecidos en los contratos y, además, hacer frente a las obligaciones impositivas, a los costos de mantenimientos de las propiedades locadas y obtener la rentabilidad necesaria, según sea el valor del inmueble involucrado y demás circunstancias que hacen a la decisión de ofrecerlo en alquiler.

        Por ello, preveo (con bastante preocupación) que estas relaciones contractuales van a encontrarse seriamente comprometidas ante inevitables variaciones de valor, al momento de renovaciones y prórrogas de contrato, el nivel de precios del mercado inmobiliario, los costos de los inmuebles y su rentabilidad, así como también las necesidades de recursos de los propietarios según los capitales invertidos y puestos a disposición de los Locatarios.

                 Atento a ello y considerando el hecho de que los ingresos de Locadores y Locatarios están siendo seriamente afectados por la esta difícil coyuntura económico-social (y su proyección en el corto y mediano plazo), me atrevo a sugerir a las partes que, con suficiente antelación, analicen la forma en que esa relación debería continuar, teniendo siempre presente que los ajustes a los valores locativos, en relación al contexto imperante, serán necesariamente importantes, dado el desfasaje por la pérdida de valor de nuestra moneda.

               Lo aquí expresado es a los efectos de promover la toma de conciencia respecto a las posibilidades futuras y el establecimiento de acuerdos razonables entre las partes, siempre y cuando prevalezca la intención y voluntad de ellas para mantener diálogos productivos.

                   Pretendo, con lo expresado anteriormente, que este contenido sirva para una sana reflexión y ayude a que se encuentren relaciones razonables y armoniosas entre todos los involucrados.

lunes, 13 de septiembre de 2021

ELECCIONES Y ALGO MÁS...

 

“Algo no hemos hecho bien”

Esta simple afirmación, de quien es hoy Presidente de los Argentinos, nos resulta insultante e hipócrita. Esto se reafirma si  observamos el ámbito en el cual fue formulada tal ofensiva aseveración. Un contexto armado “pour la galerie” y donde el único y principal orador fue Alberto Fernández, enmarcado por la presencia de los principales dirigentes oficialistas que fueron abrumados por el “voto castigo” del pueblo.

Fue un cuadro vergonzoso e indignante, donde se lesionó a ultranza la figura presidencial, mientras que los verdaderos responsables (o co-responsables), no se hicieron cargo de la derrota ni de los padecimientos del pueblo, quien los castigó en las urnas.

Sr. Fernández, Sra. Cristina, la fotografía de un iceberg, que se presenta siempre como ejemplificadora de un peligro que se hace visible pero que oculta un gran riesgo bajo la superficie, es la imagen más precisa que demuestra lo que ocurre pero que Uds. obstinadamente hacen caso omiso e invisibilizan. Vuestra actitud indolente, habla a las claras de lo poco que les importa la situación social, económica y política que padece este país.

Nos muestran que las causas de la derrota se circunscribe a la pandemia, al escándalo de Olivos o a las “fake news” que emiten las redes sociales o los medios políticos que no responden a su pensamiento único. 

Mientras tanto, ocultan que el grueso de los problemas existentes viene de la mano de la indolencia e incapacidad de Uds. frente a la pandemia; del uso de los bienes y recursos del Estado para satisfacer vuestras necesidades personales y la de sus amigos; proviene de la emisión exagerada de dinero para cubrir las dádivas al pueblo necesitado y hambriento. También pocede de la desaparición de las micro y pequeñas empresas y por consiguiente de la falta de trabajo debidamente remunerado; de la desindustrialización del país y el aniquilamiento del agro. Este denigrante contexto socio-económico se completa con el padecimiento de cientos de miles de jubilados, olvidados a la “buena de Dios”, pero que Uds. groseramente declaman “atender debidamente” porque siempre protegieron a la vejez.

Nos han demostrado (práctica habitual del populismo que Uds. profesan), que vuestra central preocupación reside en el poder que puedan obtener para asegurar la inmunidad necesaria frente a los “pecados” cometidos; en la desvalorización de la Justicia y la destrucción de la institucionalidad republicana que se obtuvo con demasiado sacrificio humano y de recursos; en utilizar al Estado como medio para asegurar su bienestar y el de su casta gobernante, aun a costa de provocar desmanes en las economías familiares y causar la indignidad de todo un pueblo oprimido por vuestros vandalismos y abusos.

Sr. Presidente, su expresión de “algo no hemos hecho bien” es otra de sus continuas burlas a nuestra inteligencia y demuestra que le importamos poco o nada. Deja en claro que lo anteriormente he expresado, fruto de mi reflexión personal, son producto de los acontecimientos vividos en estos últimos años. Esos hechos refuerzan cada uno de los conceptos emitidos como opinión personal. Pueden “resultarles ofensivos” o “insultantes”, pero esa no es mi intención y ni siquiera mi propósito. Debe analizarlos como  pensamiento diverso que se replica en miles de argentinos y que en el día de ayer se expresó a través del voto popular, libre y obligatorio.

13 de setiembre de 2021.

                José Luis Rigazio


“… Se deben combatir las inobservancias o violencias por los medios de la Constitución misma, sin apelar nunca a las vías de hecho, porque la rebelión es un remedio mil veces peor que la enfermedad.”… ("Bases" - J. B. Alberdi)

domingo, 7 de febrero de 2021

INTERVENTORES COMUNALES Y SUS OBRAS vs. DEMOCRACIA Y DIGNIDAD (J.L.R. - 2017)

 


(Texto publicado en el año 2017)

Observar la publicación de fotografías y alegatos en favor de INTERVENTORES COMUNALES que respondían al llamado “Proceso de Reorganización Nacional”,  me han enfrentado a la triste y muy lamentable situación de tener que opinar “treinta y cuatro años han pasado y todavía no hemos aprendido de nuestros errores, ni comprendimos cuál es el fundamento y valor de la democracia”.

Cuando afirmé que estos Interventores fueron “personeros” de la peor Dictadura que oprimió y asesinó al pueblo argentino, comenzaron a aparecer alegatos sobre las obras que estos verdaderos ogros habían realizado en benefició de nuestra comunidad. SE EQUIVOCARON. Las obras tal vez fueron realizadas, pero fueron hechas sobre las sangre y tortura de nuestros vecinos y conciudadanos. Cada uno de estos personeros de la dictadura, fue miembro incondicionales del aparato represivo y torturador del Estado. Fueron delatores y ejecutores incondicionales de las órdenes denigrantes que tuvimos que soportar, destruyeron jóvenes, familias y estructuras democráticas que se encontraban a nuestro servicio defendiendo la dignidad de esta sociedad. Aprobaron leyes que destrozaban la dignidad del pueblo y lo sojuzgaba a niveles tan viles y bajos que no quedó un simple atizbo de su dignidad. Impusieron el pensamiento único y nos quitaron el derecho a opinar y pensar libremente. Persiguieron a todo aquel que no se sumara a sus designios o pensara diferente. Golpearon atrozmente a indefensas familias, torturaron y golpearon a nuestros jóvenes por el simple hecho de ser eso “juventud naciente e impetuosa” (todos conocemos a personas y familias que tuvieron que pasar por estos martirios) y también nos quitaron la posibilidad de seguir nuestros estudios libremente. Aprobaron presupuestos y realizaron obras, sin siquiera haber realizado estudios sobre su pertinencia y  necesidad fáctica…. El pueblo nunca fue consultado. La corrupción y el manejo indiscriminado de los fondos que todos aportábamos, fue el sello distintivo de esas inconstitucionales administraciones (vale mencionar las más de 30 auditorías externas que tuvimos que contratar en el primer año de nuestro gobierno en democracia, copias que puedo poner a disposición de cualquier vecino, especialmente del vergonzoso proyecto de nuestra “sala de convenciones”, reconvenida y terminada a duras penas durante el gobierno del Intendente Grimberg), Ni que hablar de los empleados ñoquis que se echaron (más de 160) y de otros que “habían metido la mano en la lata, desde tiempos inmemorables”.

Si me ponen a elegir entre obras y dignidad del pueblo, señores NO LO DUDO, elijo la DIGNIDAD  de cada uno de nuestros hombres, de cada una de nuestras familias, de nuestra sociedad. Sin dignidad no puede vivirse y siempre seremos esclavos de alguien.

Pido sinceras disculpas a aquellos que puedan haberse sentido agraviados o afectado por lo expuesto, pero obedece al pensamiento crítico y apasionado de quien estuvo involucrado durante aquellos oscuros y tormentosos años, en la defensa de nuestra democracia y sus más altos valores, sin pensar en el resguardo mi seguridad personal y sin encontrarme movido por ningún tipo de interés personal.

Para vuestra reflexión y memoria, dejo parte del alegato realizado por el juicio a las Juntas Militares:

(...)   “Este proceso (de “Reorganización Nacional”) ha significado, para quienes hemos tenido el doloroso privilegio de conocerlo íntimamente, una suerte de descenso a zonas tenebrosas del alma humana, donde la miseria, la abyección y el horror registran profundidades difíciles de imaginar antes y de comprender después.

Dante Alighieri -en "La Divina Comedia"- reservaba el séptimo círculo del infierno para los violentos: para todos aquellos que hicieran un daño a los demás mediante la fuerza. Y dentro de ese mismo recinto, sumergía en un río de sangre hirviente y nauseabunda a cierto género de condenados, así descriptos por el poeta: "Estos son los tiranos que vivieron de sangre y de rapiña. Aquí se lloran sus despiadadas faltas".

Yo no vengo ahora a propiciar tan tremenda condena para los procesados, si bien no puedo descartar que otro tribunal, de aún más elevada jerarquía que el presente, se haga oportunamente cargo de ello.

Me limitaré pues a fundamentar brevemente la humana conveniencia y necesidad del castigo. Sigo a Oliva Wondell Holmes, cuando afirma: "La ley amenaza con ciertos males si uno hace ciertas cosas. Si uno persiste en hacerlas, la ley debe infligir estos males con el objeto de que sus amenazas continúen siendo creídas".

El castigo -que según ciertas interpretaciones no es más que venganza institucionaliza- se opone, de esta manera, a la venganza incontrolada. Si esta posición nos vale ser tenidos como pertinaces retribucionistas, asumiremos el riesgo de la seguridad de que no estamos solos en la búsqueda de la deseada ecuanimidad. Aun los juristas que más escépticos se muestran respecto de la justificación de la pena, pese a relativizar la finalidad retributiva, terminan por rendirse ante la realidad.

Podemos afirmar entonces con Gunther Stratenwerth que aun cuando la función retributiva de la pena resulte dudosa, tácticamente no es sino una realidad: "La necesidad de retribución, en el caso de delitos conmovedores de la opinión pública, no podrá eliminarse sin más. Si estas necesidades no son satisfechas, es decir, si fracasa aunque sólo sea supuestamente la administración de la justicia penal, estaremos siempre ante la amenaza de la recaída en el derecho de propia mano o en la justicia de Lynch".

Por todo ello, señor presidente, este juicio y esta condena son importantes y necesarios para la Nación argentina, que ha sido ofendida por crímenes atroces. Su propia atrocidad torna monstruosa la mera hipótesis de la impunidad. Salvo que la conciencia moral de los argentinos haya descendido a niveles tribales, nadie puede admitir que el secuestro, la tortura o el asesinato constituyan "hechos políticos" o "contingencias del combate". Ahora que el pueblo argentino ha recuperado el gobierno y control de sus instituciones, yo asumo la responsabilidad de declarar en su nombre que el sadismo no es una ideología política ni una estrategia bélica, sino una perversión moral. A partir de este juicio y esta condena, el pueblo argentino recuperará su autoestima, su fe en los valores sobre la base de los cuales se constituyó la Nación y su imagen internacional severamente dañada por los crímenes de la represión ilegal...

Los argentinos hemos tratado de obtener la paz fundándola en el olvido, y fracasamos: ya hemos hablado de pasadas y frustradas amnistías.

Hemos tratado de buscar la paz por la vía de la violencia y el exterminio del adversario, y fracasamos: me remito al período que acabamos de describir.

A partir de este juicio y de la condena que propugno, nos cabe la responsabilidad de fundar una paz basada no en el olvido sino en la memoria; no en la violencia sino en la justicia.

Esta es nuestra oportunidad: quizá sea la última.”

(...)

Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria.

Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino.

Señores jueces: "NUNCA MÁS".   (Julio César Strassera).-

 

José Luis Rigazio - 30 de diciembre de 2017.-

 

domingo, 25 de octubre de 2020

PROLONGACIÓN DEL CONFINAMIENTO EN ESPAÑA

 


Acabo de ver y escuchar la conferencia de prensa del Presidente de España.

Al realizar comparaciones, observo la gran diferencia entre nuestra clase política y la de aquel país.

El Mandatario anunció la prolongación del estado de alarma, a la que define como una cuestión de Estado y, a partir de allí, comienzan a surgir diferencias, que –personalmente- las indico como de fuerte raigambre cultural y democrática:

1.      La decisión no fue unilateral sino que cuenta con la aprobación del Congreso Nacional y con la del Consejo Interterritorial de salud, ente compuesto con representantes de cada una de las comunidades autonómicas de España.

2.      Esta prolongación se efectúa específicamente por el pedido de 36 de las comunidades autónomas, en  pleno respeto a la Constitución y a las autonomías regionales.

3.      La determinación surge además de un cuidadoso planeamiento con metas muy claras y precisas, como por ejemplo la de lograr disminuir los contagios diarios a 25 de cada cien  mil habitantes.

4.      Si bien se establece “toque de queda” nocturno (de 23 hrs. a 6 hrs.), confinamiento y aislamiento regional, Estos quedan bajo la jurisdicción de cada comunidad autónoma (dentro de un rango de posibilidades acordadas), que son las responsables de la salud en cada jurisdicción. Es decir, cada comunidad puede aislar su ámbito total o parcial, según sea su evaluación regional y en el cual debe prevalecer un alto sentido común para cada caso.

5.      Han determinado 4 niveles de riesgo, fijados según los casos de contagios, decesos, estado del sistema sanitario y otra serie de parámetros más.

Podría citar otras determinaciones más, pero creo que para reflexionar y sacar conclusiones, bastan estos cinco puntos.

Mis más profundos deseos son que, en estas hermosas tierras sudamericanas, prevalezca esta profunda cultura democrática y de respeto a la ciudadanía; que los criterios de participación, diálogo y comprensión estén por encima de las bajas pasiones partidistas y, lo que me parece de fundamental importancia, que en las decisiones no dejen de lado el SENTIDO COMÚN.

Estimado gobernantes, ruégo porque se les “caigan muchas ideas”, salgan del estado de inmovilización y mediocridad que exhiben, sean concientes que el pueblo no es “ganado encerrado” ya que dispone de identidad personal y social y, aunque Uds. “no hagan gala de ello”, de su propio pensamiento crítico.

martes, 13 de octubre de 2020

EDUCANDO AL SOBERANO

 


Estamos atravesando momentos de inmensas tensiones sociales, graves preocupaciones en el seno de las familias y el pueblo en general, con un Estado ausente o, en el mejor de los casos, inmerso en luchas intestinas de los gobernantes, más preocupados por las futuras elecciones que por nuestro bienestar

Por lo tanto, es importante contar con elementos de juicio que nos permitan reflexionar sobre nuestra posición ante el embate del Estado sobre los derechos individuales, sobre nuestra libertad, sobre nuestra libre determinación como pueblo.

Vayan entonces, estos pequeños aportes a nuestro conocimiento, a nuestra educación, a nuestros derechos como personas libres...

LEGALIDAD – RAZONABILIDAD

C.N.- Art.28: Los principios, garantías y derechos reconocidos en los anteriores artículos, no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio.

 C.C. – Art.1071: El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto.

La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considerará tal al que contraríe los fines que aquélla tuvo en mira al reconocerlos o al que exceda los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres.

“...es Estado tiene el derecho y el deber de reglamentar los derechos de modo tal que impida que se los utilice para destruir el propio régimen que los asegura.”

(G.J. Bidart Campos – Manual de Derecho Constitucional Argentino – pag.200)

“...cualquier actividad –proveniente del Estado o de personas o grupos privados- que lesiona derechos subjetivos, es inconstitucional; ...”

(G.J. Bidart Campos – Manual de Derecho Constitucional Argentino – pag.203)

C.N.- Art.19: …Ningún habitante de la Nación, será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.  (Principio de Legalidad)

“...es menester dar contenido material de justicia al principio formal de legalidad. Para ello, acudimos al valor de justicia, que constitucionalmente se traduce en la regla o el principio de razonabilidad, afirmando que la ley que manda o prohíbe algo debe ser intrínsecamente justa, lo que en derecho constitucional equivale a ser razonable.”... (G.J. Bidart Campos – Manual de Derecho Constitucional Argentino – pag.207)

“...Los jueces verifican el contenido de la ley más allá de su forma, permitiéndonos aseverar que el principio formal de legalidad cede al principio sustancial de razonabilidad, y que si la ley no es razonable (o sea, es arbitraria) resulta inconstitucional.”  (G.J. Bidart Campos – Manual de Derecho Constitucional Argentino – pag.208)

“El Congreso cuando legisla, el Poder Ejecutivo cuando administra, los jueces cuando dictan sentencia, deben hacerlo en forma razonable: el contenido de los actos debe ser razonable. El acto irrazonable o arbitrario es defectuoso y es inconstitucional. La razonabilidad es, entonces, una regla sustancial, a la que también se la ha denominado el principio o la garantía del debido proceso sutantivo.”

(G.J. Bidart Campos – Manual de Derecho Constitucional Argentino – pag.209)

lunes, 12 de octubre de 2020

La verdad como construcción social.

                                     

VERDAD O MENTIRA.

Si bien, la conciencia del hombre es la que determina el  valor de la verdad o mentira  y este hombre es quien establece la diferencia entre ambos conceptos según sean sus propias percepciones, debemos convenir que la VERDAD es una construcción social y, como tal, requiere partir de premisas certeras, basadas en la realidad, hechos y experiencias. Si no tenemos en cuenta estas premisas, invariablemente llegaremos a una “verdad inconsistente”.

Cuanto más información se obtenga para la construcción de esa verdad, mayor será su valor y consistencia.

Muchas personas saben manipular a otros por medio de la mentira pero, en su conciencia real, conocen la verdad y saben que ella pronto surgirá de una u otra forma. Saben que al mentir están creando algo falso para ellos pero que puede ser aceptado por los demás como si fuera verdadero, real.

Por lo tanto, no olvidemos que poseemos intelecto y podemos investigar, descubriendo por nuestros propios medios a esa verdad y, todo aquello que parezca falso o mentira, quedará al descubierto. 

                               (J.L.R. - 2017)

 “Hay que buscar la verdad y no la razón de las cosas. Y la verdad se busca con humildad.”   (Miguel de Unamuno)

"Cuenta la leyenda, que un día la verdad y la mentira se cruzaron.

-Buen día. Dijo la mentira.
-Buenos días. Contestó la verdad.
-Hermoso día. Dijo la mentira.
Entonces la verdad se asomó para ver si era cierto. Lo era.
-Hermoso día. Dijo entonces la verdad.
-Aún más hermoso está el lago. Dijo la mentira.
Entonces la verdad miró hacia el lago y vio que la mentira decía la verdad y asintió.
Corrió la mentira hacia el agua y dijo... -El agua está aún más hermosa. Nademos.
La verdad tocó el agua con sus dedos y realmente estaba hermosa y confió en la mentira.
Ambas se sacaron las ropas y nadaron tranquilas.
Un rato después salió la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue.
La verdad, incapaz de vestirse con las ropas de la mentira comenzó a caminar sin ropas y todos se horrorizaban al verla.
Es así como aún hoy en día la gente prefiere aceptar la mentira disfrazada de verdad y no la verdad al desnudo."

Algún día la verdad saldrá del pozo para fustigar a los mentirosos.

(La verdad saliendo del pozo/ Jean-Léon Gerôme - 1896)

 



domingo, 26 de marzo de 2017

“Lo correcto de los reclamos vecinales…”



La existencia de reclamos vecinales respecto de la vieja problemática de la contaminación del Lago San Roque, ha llevado a un grupo de vecinos a realizar movilizaciones y reclamos para una urgente solución a esta situación, que hoy se presenta en forma bastante preocupante en razón del olor nauseabundo que emana de las aguas y la enorme proliferación de algas.
No realizo crítica ni oposición alguna a estos reclamos, que son justos y necesarios a los fines de movilizar a nuestras autoridades (tanto municipales como provinciales y/o nacionales). Más bien hago una necesaria reflexión respecto de los móviles que se utilizan, las críticas que se realizan (que en algunos casos rayan la intolerancia), las responsabilidades que se reclaman, la dirección de esos reclamos y la certeza de culpas que erróneamente se enarbolan.
En mi fundada opinión, considero que la ignorancia de nuestra realidad y de los procesos que han desembocado en esta problemática (que considero demasiado grave), nos conduce a juicios muy apresurados y a caminos que más tarde va a costarnos desandar para conducirnos por la senda correcta.
Estas conductas, que muchas veces parten de actitudes honestas pero -a no dudar- también se ven influenciadas por intereses políticos, económicos y/o sociales diversos que no permiten que veamos con claridad las causas de estos problemas, también impiden que podamos realizar un adecuado diagnóstico que nos guíe hacia una solución correcta y sustentable. Hace cierto tiempo publiqué una de mis frecuentes notas públicas, en la que planteaba lo siguiente: Al enfrentar nuestra cambiante realidad cuyos procesos son cada vez más difíciles y complicados, podremos interpretarla adecuadamente y responder con mayor solvencia a sus demandas, en tanto y cuanto dispongamos del conocimiento necesario y lo utilicemos correctamente. Si en cambio, fuéramos ignorantes respecto de esos conocimientos, no podríamos interpretar la realidad (o por lo menos no lo haríamos correctamente) y, frente a cada problema, no aparecería la solución adecuada que se requiere y éste se tornaría cada vez más complejo e inentendible.”  (Conocimiento e ignorancia…-J.L.Rigazio – 06/09/2016)
Por otra parte, no podemos negar nuestra responsabilidad (por acción u omisión) en las situaciones y conflictos que deterioran nuestra calidad de vida. Muchos vecinos vienen desde hace mucho tiempo entablando una lucha contra distintos inconvenientes que deterioran nuestro ambiente y atentan contra la normal convivencia con el medio en el cual nos desarrollamos y el uso de los recursos naturales escasos que disponemos. Generalmente esas acciones quedaron circunscriptas  a un reducido entorno y en la mayor de las soledades, por falta de apoyo de los propios vecinos quienes deberían haber participado activamente y no, “poniendo el grito en el cielo”, cuando las consecuencias se hicieron presentes y nos golpearon nuestra puerta. Hoy reclamamos por el estado de las aguas de nuestro rio, de nuestro lago y además, nos manifestamos contrariados por las consecuencias de lo que lo que nosotros hicimos mal o dejamos de hacer en el pasado reciente (…o lejano). Cuando se reclamó por las causas que nos llevaron a este lamentable presente, la ausencia de muchos de estos vecinos fue considerable y más evidente aun fue su falta de participación y apoyo.
Las causas del deterioro ambiental y de los perjuicios a los recursos naturales tenemos que buscarlas en nuestras conductas negligentes en cuanto al manejo de los desperdicios que producimos; en el abuso y descontrol de las edificaciones en las sierras, en la ciudad y más aun sobre la ribera de los ríos y lagos circundantes. También en la falta de participación ciudadana ante los reclamos por la suspensión de estas edificaciones y de la aprobación de loteos en las zonas de riesgo antes citadas (por ej. en San Antonio y otros);  la ausencia de apoyo cuando se denunció la inactividad de la Coopi en el desarrollo adecuado del plan de obras de cloacas o bien, nuestras actitudes indiferentes frente a la desaparición del Comité de Cuenca del Lago San Roque que exigía un urgente tratamiento de las “aguas negras” en todo el Valle de Punilla y que contribuían enormemente a este desastre ecológico que hoy presenta nuestro lago y sus ríos tributarios (entre otras innumerables cuestiones que fueron planteadas o denunciadas).
Desde hace muchísimo tiempo vengo realizando denuncias, intervenciones, publicaciones y todo otro tipo de involucramientos para que esta problemática social pueda llegar a tener en nuestros pensamientos, agendas y prioridades un lugar verdaderamente preponderante en razón de su gravedad y urgencia (ver mis blogs personales:  participacionvcarlospaz.blogspot.com y corredoresinmobiliarioscba.blogspot.com). Este compromiso es el que intento instalar en nuestra sociedad, en nuestros jóvenes, en nuestros vecinos, en nuestras autoridades. Pero es necesario que iniciemos una profunda autocrítica de nuestras responsabilidades; impulsemos la creación de espacios para sanas y sinceras discusiones sobre las verdaderas causas de esta y otras cuestiones que nos aquejan, dejando de poner énfasis en reclamos por las consecuencias que sufrimos por nuestras acciones (u omisiones) y buscando toda la información necesaria y relevante para que la “verdad social” sea la única que prevalezca.-
Un viejo dicho nos dice: “…a río revuelto, ganancia de pescador…” y me parece que detrás de estos reclamos existen demasiados pescadores. Los actores sociales responsables de los yerros y aciertos que nos afectan en nuestra vida cotidiana somos todos nosotros y las instituciones que de nosotros dependen (Estado, escuela, centros vecinales, instituciones intermedias, iglesias, etc.).
27 de marzo de 2017-
José Luis Rigazio


“La verdad no se proclama ni se decreta; más bien se descubre, se busca.”  (Walter Riso)









miércoles, 22 de marzo de 2017

Educación




Miércoles 13 de noviembre de 2013 | Publicado en edición impresa
Crisis educativa
Una escuela sin vocación transformadora
Con más alumnos, una época que cuestiona sus saberes y una gran inequidad social, la educación pública necesita no sólo recursos económicos, sino decisiones políticas
Por Guillermina Tiramonti  | Para LA NACION

Ni el categórico aumento del presupuesto educativo ni el esfuerzo del Estado para incorporar a la educación a amplios sectores que antes quedaban afuera lograron dar vuelta en esta década la situación crítica que vive el sistema. Los mediocres resultados de las pruebas internacionales y el fenómeno de los alumnos que abandonan las escuelas estatales para buscar refugio en la educación privada contradicen el discurso oficial, que se atribuye la recuperación de la educación pública durante los últimos años.
¿Qué es lo que falla? ¿Por qué, pese a la gran cantidad de recursos, no encontramos todavía el camino para salir de la crisis? La pregunta obliga a revisar un escenario atravesado por distintas líneas de conflicto.
Desde los años 80, los sistemas educativos de la región enfrentan una situación harto compleja, que resulta de la confluencia de una serie de exigencias. Por una parte, hay una demanda de escolarizar a toda la población durante un período cada vez más largo de la vida. Hasta mediados del siglo pasado se trataba de incluir a todos en el nivel primario y sólo a unos pocos en el secundario, pero hoy se ha establecido la obligatoriedad de la escuela media para toda la población. Sin embargo, como la escuela secundaria está organizada para seleccionar a unos pocos y no se hicieron cambios en su modelo pedagógico, tiene dificultades muy fuertes para sostener y enseñar a todos los chicos que se incorporan.
Por otra parte, los sistemas educativos tratan de conservar su relevancia en un espacio cultural muy diferente al del momento de su creación y en el que aún hoy se referencian. Estamos inmersos en una cultura atravesada por multiplicidad de lenguajes, con primacía de la imagen y de la comunicación simultánea, que hace de nuestros niños y jóvenes sujetos hiper estimulados y con dificultades de adaptarse a la morosa metodología de la escuela tradicional.
A esta encrucijada de época, se le agrega, en el caso de América latina, la extrema disparidad de las condiciones sociales y culturales de la población que llega a la escuela. Somos un continente con enormes desigualdades, y la Argentina comparte esta condición no sólo porque nunca fuimos tan igualitarios como pretendíamos, sino porque a partir de los años 70 avanzamos en niveles cada vez más altos de desigualdad, que se profundizaron en los 90 y, pese al discurso oficial, no hemos podido retomar los niveles de los años 60. Además, en un proceso que se ha profundizado en los últimos 20 años, la población que se incorpora a la escuela lo hace en circuitos diferenciados: la escuela pública atiende a los sectores más pobres, y las clases medias y altas concurren a escuelas privadas.
Es este triple escenario -masificación, cambio cultural y desigualdad social- el que hace de la escolarización de las nuevas generaciones un desafío que requiere movilizar no sólo recursos económicos, sino técnicos y políticos.
En nuestro país, desde mediados de los años 90, se fue delineando un modelo educativo autóctono -sobre la base del cual se construyó la política educativa nacional-, que combina diferentes elementos: una legislación de corte progresista que establece una ampliación del derecho a la educación, una alianza con los sindicatos docentes y la construcción de un nuevo discurso de interpelación a los maestros.
Primero, Ciudad y Nación dictaron leyes de obligatoriedad de la escuela media, que no fueron acompañadas por cambios ni pedagógicos ni de organización escolar, pero sí por una estrategia de alianza con los sindicatos docentes. Este maridaje supuso someter las políticas públicas a los intereses sectoriales.
En términos generales, supuso también un creciente aumento de los salarios docentes, que sin duda habían estado injustamente relegados. Hoy, la Argentina dedica a la educación el 6,5% de su PBI (un alto porcentaje si se lo compara con los países de la región y aun con muchos europeos) y buena parte de este presupuesto se dedica a los salarios docentes. Hasta aquí el mejor costado de esa política: ampliación de los derechos a la educación y valorización salarial de sus principales agentes.
Pero lo cierto es que ese acuerdo tiene otras consecuencias no tan beneficiosas. Una de ellas es la neutralización de toda política destinada a modificar, en el sentido de aumentar, las regulaciones sobre el trabajo docente. En la Argentina, históricamente, se han neutralizado las instancias de evaluación de docentes. Por ejemplo, los directores de las escuelas deben calificar a los maestros anualmente, pero los conflictos que acarrea una calificación baja han terminado disuadiéndolos de realizarlas. A pesar del esfuerzo presupuestario que realizó el Estado para mejorar sus salarios, no se han instaurado formas genuinas de evaluación.
Del mismo modo, se ha desarrollado un discurso de deslegitimación de todas las mediciones de los resultados de los aprendizajes de los alumnos y se rechaza cualquier articulación entre estos resultados y lo que acontece en la escuela. Los sindicatos -acompañados por el sentido común progresista- han asimilado estas mediciones al modelo neoliberal y las consideran incompatibles con una política democratizadora. Si bien el país participa de las pruebas internacionales y estableció en los años 90 un sistema de evaluación nacional, cuando llegan los resultados se los desconoce o se los impugna. Del mismo modo, no hay revisión de los estatutos que rigen al sector docente y tampoco se han desarrollado políticas para disminuir el ausentismo.
La tercera pata del acuerdo con los sindicatos exige inamovilidad del modelo pedagógico, fundamentalmente en lo referente al nivel medio. Como las innovaciones que allí se introducen deben ser compatibles con los intereses sindicales (que no necesariamente son los de los docentes), nada se cambia y en el nivel medio tenemos -materia más, materia menos- el mismo modelo que hace 100 años. La amenaza de conflicto que proyectan los gremios ante cada intento de modificación es tal que ha inhibido cualquier transformación.
El presupuesto financia, además, proyectos especiales que incluyen clases de apoyo, tutores y seguimiento de los alumnos, pero, a diferencia de lo que sucede en otros países donde estas estrategias también se aplican, aquí se flexibilizan los mecanismos de evaluación y se acompaña con un discurso que interpela al docente desde su condición de "militante" de la causa social o pedagógica, que lo incita a comprender las condiciones desfavorables de sus alumnos, a abandonar sus prejuicios discriminadores sin que esto se acompañe con una propuesta pedagógica superadora. Este discurso "compasional" se traduce en una escuela que termina desplazándose del espacio de lo cultural al de la acción social.
Desde esta perspectiva, lo que importa es que los alumnos estén en la escuela, que la institución ejerza sobre ellos una acción benéfica al sacarlos de los riesgos de la calle y de la delincuencia, pero no se propone una acción de transformación cultural. La escuela contiene una promesa, muy presente en los sectores populares, de proporcionar los saberes, las habilidades y las titulaciones necesarias para la superación de las limitaciones de origen social. El populismo no asume esta promesa moderna, construye el vínculo con los sectores populares a partir de su condición popular y, por lo tanto, propone una escolarización acorde con este patrón de gobernabilidad.

El Estado, así, se hace cargo de la desigualdad de origen y propone un modelo destinado a ampliar su tutela sobre estos sectores. Pero abandona en el camino aquello que la educación tiene de imprescindible: una propuesta emancipadora.

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