viernes, 20 de diciembre de 2024

MILEI, LA CASTA Y EL POPULISMO.

Las agraviantes y temerarias declaraciones del Presidente Javier Milei, dirigidas hacia la persona de otros mandatarios de distinto signo político al que él profesa y defiende a ultranza, me hace reflexionar sobre la verdadera motivación de sus actos. 

Para situarse políticamente, el Presidente utilizó la figura de “la casta”, de forma tal de poner en evidencia un comportamiento distinto al del resto de esa clase política. De este modo distingue entre quien dispone similar forma de pensar y el resto de los mortales, que piensan diferente.

Así es como sostiene que “nosotros” defendemos las libertades del hombre y los demás desean esclavizarlos, temeraria afirmación que excluye a todo aquél que se sitúe en otra posición distinta a la de los “Libertarios” (tal como se hacen llamar). 

Sostiene que se es liberal o se es comunista, sin percatarse que en el medio de estos extremos se encuentra una variedad de pensamientos socio-políticos, suficientemente alejados de tan pobre descripción ideológica. Es más, observando sus  frecuentes declaraciones públicas, surge la noción de que no tiene la más mínima idea de que es el comunismo y ha inventado una nueva noción del liberalismo.

Esto es lo que menos preocupa. La amenaza que queda al descubierto es que, este accidental gobernante, sostiene una manera de actuar y expresarse que pone nuevamente en vigencia al “PENSAMIENTO ÚNICO”, cultura sostenida por el POPULISMO, que ha asolado a nuestro país y al Continente durante demasiado tiempo y que tanto daño nos ha producido.

Me temo que nada nuevo ocurre en este escenario que hemos creado para poder salir de la pobreza, el desempleo, la corrupción y el maniqueísmo. Tal vez se pueda superar el descalabro económico en el cual nos sumergió el populismo, pero no es de esta manera como vamos a superar los aspectos que hacen al crecimiento del país, como lo son la salud, educación y el  desarrollo social.

“Cuando la voluntad de un pueblo rompe las cadenas que la aprisionan, no es libre todavía. No es bastante tener brazos y pies para conducirse: se necesitan ojos. La libertad no reside en la sola voluntad, sino también en la inteligencia, en la moralidad, en la religiosidad, y en la materialidad. Tenemos ya una voluntad propia; nos falta una inteligencia propia. Un pueblo ignorante no es libre, porque no puede; un pueblo ilustrado no es libre porque no quiere. La inteligencia es la fuente de la libertad; la inteligencia emancipa a los pueblos y a los hombres. Inteligencia y libertad son cosas correlativas; o más bien, la libertad es la inteligencia misma. Los pueblos ciegos no son pueblos, porque no es pueblo todo montón de hombres, como no es ciudadano de una nación todo individuo de su seno.”  (BASES – Juan Bautista Alberdi – Ed. Plus Ultra – Bs.As. 1974).




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