lunes, 31 de agosto de 2009

BOMBEROS VOLUNTARIOS Vs. INCENDIOS

Cuando hablamos de participación o compromiso ciudadano, hacemos referencia al comportamiento de las personas en relación a su actitud con el resto de la sociedad y sus estructuras. Esta situación -a juzgar por lo que hemos analizado y reflexionado a traves de estas líneas- no es fácil de ejemplificar y por lo tanto no es simple llegar a identificar a las personas o grupos de ellas, que de alguna manera puedan encuadrarse dentro de estas características.
Pero, cuando necesariamente debemos recurrir a un ejemplo , no existe otro grupo social que reuna las características de compromiso ciudadano y de amplia participación como el conformado por aquellas personas altruístas y desinteresadas que voluntariamente realizan actividades diversas para ayudar a sus semejantes, mostrándonos además una alta dosis de solidaridad e involucramiento.
Me detengo entonces, ante un grupo por demás ejemplificador: Bomberos Voluntarios. Si tenemos que describir lo que significa compromiso, participación, solidaridad, altruismo, desinterés, etc., que mejor elemento de referencia que el de estos cuerpos de valientes voluntarios, a quienes nunca le prestamos el interés debido, pero que jamás vacilan en arriesgar sus vidas por la comunidad y sus integrantes.
Verdaderamente puedo dar fe de sus valientes intervenciones. No es fácil describir con palabras lo que he podido apreciar con mis ojos. La única forma de interpretar su arrojo y entereza es estando a su lado en cada uno de los siniestros que participaron. LLegué a comprender la dimensión de sus actos cuando -junto a ellos- compartí los supremos esfuerzos que hacen para apagar un incendio o socorrer a una persona, con el único recurso de su férrea voluntad. Siempre enfrentan la adversidad con una fuerza y una entereza digna de los mejores.
Ahora bien, ¿cómo contestamos desde el Estado a estos verdaderos héroes? Con una declamación, con una medalla o, en el mejor de los casos, con una palmada en la espalda. Justamente las actitudes que ellos no reclaman ni necesitan. Al conversar con cada integrante de los distintos cuerpos de bomberos de esta provincia, pude comprender que su reclamo está direccionado hacia un mayor reconocimiento de sus acciones y esto viene de la mano del aporte de insumos necesarios, del acceso a tecnología de punta y provisión de recursos suficientes para no encontrarse en un virtual estado de abandono e indefensión, tal como al presente se encuentran.
Cuando vemos los aportes realizados a cada uno de los cuarteles, nos encontramos frente a sumas irrisorias, insignificantes y por supuesto, observamos que no alcanzan a cubrir una mínima proporción de los importantes costos que tienen los insumos y recursos que necesitan. Los bienes que disponen las entidades que los agrupan, surgen mayoritariamente de los fondos recaudados a través del aporte solidario de los vecinos, donaciones de entidades diversas o de algún otro ingreso que puedan obtener en forma privada. De esta manera y por suerte, disponemos de cuarteles de bomberos voluntarios debidamente equipados, pero con una dificultad creciente para obtener y mantener un cuerpo de voluntarios que atienda las crecientes demandas de una sociedad desprotegida y poco instruída en materia preventiva.
También es necesario destacar nuestro propio desinterés sobre la vida y obra de estas instituciones, creadas en propio beneficio de toda la comunidad. Nos molestan con sus sirenas, nos incomodan con sus pedidos de ayuda, nos resulta difícil concurrir a sus actividades sociales o participar en sus comisiones de trabajo y, además, los criticamos sino se presentan de inmediato o no cumplen su cometido como nosotros creemos que lo deben hacer.
En este punto deseo detenerme. ¿Qué mejor reconocimiento para estos excelentes y bravos jóvenes, que la simple participación ciudadana para apoyarlos en sus iniciativas, guiarlos en sus indecisiones, complementarlos en sus necesidades y reconocerlos en su generosidad y valentía?
Queridos vecinos, la piedra está echada y espera ser recogida. ¿Quién mejor que nosotros para apoyarlos en sus acciones y reclamos? ¿Quién mejor que nosotros para exigir a nuestro Municipio, el cumplimiento de un mandato social que nunca se cumple? ¡¡¡Nuestros queridos Bomberos Voluntarios se lo merecen!!!
Setiembre de 2009.-

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