jueves, 13 de octubre de 2016

MICROEMPRESA

NOTA: El presente escrito corresponde a diversos fragmentos del trabajo de investigación realizado por José Luis Rigazio, cuyo contenido trata sobre la realidad de la microempresa y su particular importancia socio-económica.

Si bien hasta el presente he realizado diversas publicaciones y presentaciones en relación al tema de referencia, hoy vuelvo a publicarlo en razón de la situación económica emergente y los nuevos indicadores de pobreza e indigencia.

Este trabajo, elaborado a partir de diversas investigaciones efectuadas durante mi desempeño como docente del nivel superior (junto a la valiosa colaboración del Cdor.Jorge Pero), tiene como finalidad entregar distintos elementos de juicio que sirvan para comprender que la única posibilidad que disponemos para salir de estas coyunturas socio-económicas, es la de generar estas unidades económicas capaces de producir riqueza genuina y verdaderas fuentes de trabajo, elementos éstos sumamente necesarios para que las personas puedan acceder a mejores situaciones económicas y sociales, más allá de la antigua frase de que "el trabajo dignifica al hombre".




MICROEMPRESA:  Su realidad e importancia socio-económica.- 
(publicado en Semanario Bamba en el mes de abril de 2006)


MICROEMPRESA:
“Unidad económica formal y legalmente establecida, que dispone de organización y objetivos adecuados,  personal con tareas y funciones debidamente establecidas, recursos propios, supervisión permanente de actividades y constituida con la finalidad de obtener ingresos a partir del desarrollo y comercialización de un micro-emprendimiento productivo o de servicios, con un nivel inicial de producción de baja escala.-“


1.    INTRODUCCIÓN:
Hoy enfrentamos situaciones por demás críticas dentro del ámbito económico-social, que ponen en serio riesgo el desarrollo y progreso de nuestras comunidades. La marginación social y el creciente desempleo son sólo síntomas de una realidad mucho más preocupante que pone de manifiesto la desaparición de fuentes genuinas de creación de riquezas.-

Esta situación, impulsa a las personas que las sufren para que exploren nuevas formas,  no tan sólo de supervivencia económica, sino que además les permitan realizarse a través de una actividad productiva que les brinde nuevas oportunidades.

Es así como surge el fenómeno de los microemprendimientos, actividades rentables que surgen a partir de mucha imaginación y de escasos recursos, pero sobretodo son producto de una actitud emprendedora y una férrea decisión de no dejarse vencer por el entorno y el estado de necesidad que él provoca. Estos microemprendimientos no son otra cosa que pequeñas iniciativas o voluntades de acción que se emprenden para la consecución de una idea, una nueva línea de productos generalmente manufacturados, una nueva forma de producir bienes, una nueva forma de gestión empresaria, etc.- El signo distintivo de estos emprendimientos es que se trata de cuestiones novedosas, que no disponen de competidores inmediatos en el mercado.

Ahora bien, cuando el microemprendimiento logra organizarse como empresa -es decir mediante una planificación formal, con una dirección conveniente y bajo formas de administración adecuadas, personal con tareas y funciones establecidas previamente, objetivos claros, con seguimiento y supervisión permanente de sus actividades- aparece o nace el concepto de microempresa, que indica la existencia de unidades económicas cuyo éxito o fracaso depende más de factores personales que de las condiciones externas. El factor humano aparece como el elemento más relevante, aun más que el propio capital o la tecnología, por lo que el resultado de la gestión empresaria depende de las cualidades emprendedoras de estas personas, quienes además  sufren las consecuencias provocadas por la falta de experiencia y capacitación, escasa información; además de tener que hacer frente a los crecientes costos y barreras que el medio en el que se encuentran insertas le impone.

El fuerte involucramiento que estas personas tienen con esos desarrollos productivos y su compromiso con el éxito de la gestión empresaria, producen una gran motivación para la formación y mantenimiento de estas empresas. Si a ello sumamos los lazos familiares y de vecindad que existen, puesto que en estos ámbitos surgen y se nutren las microempresas, su permanencia en el mercado es una cuestión de gran importancia y prioridad.

Es de destacar que la actividad artesanal de estas empresas, logra productos que, por su originalidad y características, son altamente demandados, llenando de esta forma un vacío no cubierto por las producciones tradicionales. Además, ellas lograrán cubrir segmentos de producción y servicios muy requeridos por la comunidad y que en la actualidad brillan por su  ausencia por no ser de interés de las grandes empresas, en razón del volumen de demanda existente.

Por ello, la promoción de la microempresa no sólo generará empleo sino que permitirá el incremento y mejoramiento de esos microemprendimientos, actividades éstas que podrán así constituirse en el motor del desarrollo económico de cualquier región. Existen demasiados datos que nos informan sobre la importancia económica de estas unidades productoras de bienes y servicios, así como de su participación en la formación del PBI.-

El investigador cordobés Roberto Fermín Bertosssi, en oportunidad de elevar su proyecto (creación de microempresas) a la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba, establece que su finalidad primordial es “el fomento del empleo y la desactivación de la pobreza”.[1] Además, en un texto de su autoría, sostiene que: “cada microempresa puede contribuir a dignificar el trabajo humano (...) y promover cuanto favorezca al desarrollo de la actividad empresarial a través de normas que estimulen emprendimientos urbanos y rurales; incrementar los recursos financieros propios; fortalecer la garantía de los terceros en sus relaciones con la microempresa; aceptar con pragmatismo las realidades del mercado y las innovaciones tecnológicas; asegurar la supervivencia y crecimiento sostenido en un nuevo clima de solidaridad y cooperar en la construcción de sistemas de distribución más equitativos.[2]

Podríamos abundar en muchísimos argumentos que refuercen el valor e importancia de estas empresas de reducidas dimensiones, pero con elevada significatividad para el medio socio-económico y con grandes posibilidades de desarrollo sostenido, pero no debemos perder de vista que ello será posible si desde los Estados Municipales se favorece a dichos desarrollos económicos, con medidas tendientes a facilitar su instalación y funcionamiento, a partir de que se les brinde un tratamiento diferencial por sus particulares elementos constitutivos y las características ya descriptas. Su habilitación, control y seguimiento no puede realizarse desde los habituales parámetros existentes para las demás actividades reguladas, sino que esto debe concretarse mediante la existencia de un régimen especial destinado no sólo a regular su funcionamiento sino que promueva su establecimiento y garantice su desarrollo. . Es necesario un mayor compromiso e involucramiento de la sociedad y sus instituciones en el fomento y promoción de microempresas. (Ver Leyes Nacionales Nº24467 y Nº25300)

La solución a los problemas socio-económicos municipales y regionales antes aludidos, será a partir de la promoción y desarrollo de las microempresas y no de los “planes asistencialistas” que sólo sirven para la conquista de votos, como respuesta al amiguismo político y en alguna medida para paliar transitoriamente el creciente reclamo social.

(…///…)
2-    EL PAPEL DEL MUNICIPIO EN EL DESARROLLO DE LAS MICROEMPRESAS:
En el punto 1. de este trabajo, mencioné la necesidad de que el Municipio tiene que favorecer el desarrollo económico local, a partir de la instrumentación de normas y planes que establezcan objetivos claramente definidos que orienten tal desarrollo. Esta cuestión la he sostenido por más de veinte años, a partir de diversos estudios y análisis que realicé, encontrándome al frente de la Secretaría de Economía y Finanzas de Villa Carlos Paz.
Al presentar el plan para dicha secretaría para 1985, elevé al Sr. Intendente una serie de consideraciones, entre las que expresaba: “Habiendo conseguido los objetivos propuestos para l984, el año 1985 deberá consolidar lo hecho y permitir superar la etapa administrativa pura. El trabajo deberá entonces abarcar dos etapas claramente diferenciadas, divididas en semestres: 1º Semestre: Consolidación del sistema administrativo; 2º Semestre: Inicio del plan de desarrollo económico de Villa Carlos Paz, a través de la inserción de la Comuna en las variables macroeconómicas locales.”. (...) “En este segundo semestre los objetivos son genéricos porque, como concepto, buscan producir en Villa Carlos Paz por intervención directa de la Comuna, un proceso de desarrollo sostenido, que deberá superar el crecimiento que se operó hasta la década del ’70. Hasta el presente la Comuna nunca fue el eje fundamental del crecimiento de esta ciudad, sino un mero administrador del trabajo privado. Este desarrollo se encuentra hoy estancado y es la comuna el único ente con capacidad potencial para lograrlo...”.- Identificado con esta propuesta Intendente Municipal la expuso  textualmente, en oportunidad de presentar a la ciudadanía el Plan de Gobierno para l985.[3]
Tratando de definir mejor la propuesta que realizaba en 1985 y atendiendo a la nueva realidad de nuestro país, hoy debo reconocer que quienes pueden contribuir verdaderamente a la producción de ese “desarrollo sustentable” -al cual hacía referencia- son las MiPyMes, por ser quienes en forma concreta y efectiva  aportan a la generación de empleo y  al crecimiento económico del país y por supuesto de la región (o localidad) en la que se encuentran produciendo.
Este concepto de desarrollo puede cubrir distintos aspectos, pero para comprenderlo mejor podemos considerar lo expresado por José Luis Furlan[4], coordinador académico de la “Fundación Ciudad 2000”: “...el desarrollo puede definirse como un proceso de transformación social orientado a mejorar, simultáneamente, el nivel y modo de vida de la población en sus aspectos económicos, políticos, sociales, culturales y medioambientales.”;  proceso que debe ser “...el resultado de un pacto o concertación entre los actores sociales, públicos y privados.”.
Reafirmando el papel que estas empresas cumplen en nuestra economía y su importancia como factor estratégico para el crecimiento regional y local, este autor nos expone sobre el riesgo de no considerarlas como eje del desarrollo económico: “...el desarrollo basado sólo en los ‘nichos internacionales’ condena al atraso o a la desaparición a la mayor parte de la estructura productiva, constituida esencialmente por micros, pequeñas y medianas empresas; consolida los desequilibrios territoriales y mantiene las causas originales de la pobreza estructural.” . Más adelante, Furlan nos dice: “...la estrategia de desarrollo debe ser complementada por otras de alcance regional y local que contribuyan a la generación de un entorno competitivo, a la formación y desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas y a corregir los desequilibrios territoriales y sociales.” (...) “...es necesario promover la modernización del vasto sector de micros, pequeñas y medianas empresas, urbanas y rurales, generadoras de la mayor parte de la riqueza y del empleo.” Finalmente, el autor sostiene: “...en la creación y puesta en marcha de estas iniciativas, el rol de los municipios es capital.” 25
Por tal motivo, tomo las expresiones de José Luis Furlan[5] como base argumentativa de la afirmación que he realizado al inicio, en el pleno convencimiento de que los problemas estructurales, padecidos por nuestras economías regionales, tendrán solución a partir de la instrumentación de políticas  que faciliten y aporten a la formación de estas unidades económicas. Estas medidas necesariamente tendrán que originarse en los municipios, células primordiales de nuestra organización social y política. Allí es donde se produce el mayor acercamiento entre el Estado y el hombre; es el ámbito donde ellos conviven y comparten estrechamente la problemática social, participando ambos en la búsqueda de las soluciones adecuadas que se requieren.
Ahora bien, ¿No estaría pretendiendo con ello desvirtuar y sobrecargar las ya abultadas finalidades de los municipios? ¿Se encuentran capacitados las comunas para hacer frente a la empresa que supone impulsar estos emprendimientos? ¿Disponen las municipalidades de suficientes recursos para hacer frente a esta nueva responsabilidad? Encontrar las respuestas adecuadas a estos interrogantes (y otros que podrían plantearse), explicaría mi posición al respecto.
Al respecto, el ex Vicegobernador de la Provincia de Córdoba, Luis Molinari Romero, al referirse a los nuevos roles que deben asumir los municipios, en un artículo periodístico nos expresa: “los gobiernos locales..., por imperio de las circunstancias, deben asumir un nuevo rol al convertirse en receptores primarios de las demandas sociales. En las nuevas intervenciones que se les demanda a los municipios, con vistas a la gestión del desarrollo local, son ineludibles el diseño e implementación de políticas sociales que atiendan el bienestar de la población, la promoción económica que aliente la inversión y el empleo y el mejoramiento de la calidad ambiental.” (...) “Al asumir esta responsabilidad, el municipio debe integrar a otros actores sociales y recursos fuera de su propia administración –personas, instituciones, empresas- que contribuyan a lograr los propósitos con eficiencia y eficacia.” [6]
 Estas expresiones no dejan lugar a dudas de que la realidad impone nuevas finalidades a estos gobiernos comunales, cuyas funciones no se encuentran acotadas ni agotadas. Tanto en la Constitución de la Provincia de Córdoba, como en su Ley Orgánica Municipal Nº 8102, se sostiene que los municipios de la provincia dispondrán de “...cualquier otra función o atribución de interés municipal que no esté prohibida por esta Constitución y no sea incompatible con las funciones de los poderes del Estado.” [7]. Debiendo destacarse, además, que las municipalidades “...Participan en la elaboración y ejecución de los planes de desarrollo regional...” [8]
Teniendo como referencia tales circunstancias, y ante la posibilidad del dictado de Cartas Orgánicas Municipales, en cada ciudad  tendrá que discutirse y dejarse claramente establecidas estas nuevas funciones municipales, de forma tal que esta problemática quede definitivamente incorporada a la vida municipal y se constituya en una de sus primordiales finalidades. El Dr. Víctor Rubén Marcelino, en su obra referida a las Cartas Orgánicas Municipales, deja sentado el valor e importancia de estas cartas orgánicas al aseverar que “...ella debe virtualizar el querer colectivo de los habitantes de la ciudad. Hacerse eco de las actitudes y anhelos  profundos que anidan en el común de los vecinos; porque el municipio, o es entidad primaria de convivencia o no tiene razón de ser. En la Carta de Atenas se dice que en la ciudad se realizan cuatro actividades del hombre: el hombre trabaja en ella, el hombre circula en ella, el hombre se recrea en ella, el hombre duerme en ella. Y es en la sanción de estas normas destinadas a regir por mucho tiempo, la vida y el desenvolvimiento de la ciudad, donde también y esencialmente esta vida del hombre realizada en la ciudad, puede ser enriquecida o empobrecida, elevada o hundida, y a la que puede dársele contenido o privársela de futuro.” [9].
El Dr. Pedro J. Frías, afamado constitucionalista cordobés, al escribir el prólogo de la obra del Dr. Marcelino, imagina diez tesis sobre la gestión urbana. De ellas quiero rescatar las siguientes:
§  “La gestión urbana es un hecho técnico, políticamente conducido, de relieve creciente, porque la década del ’90 es la de la municipalización de la vida pública argentina.”
§  “La gestión urbana se apoya en el ordenamiento territorial, en el desarrollo sustentable y en el civismo.” [10]
Estas dos tesis del Dr. Frías no hacen más que dejar expresamente sentado las nuevas finalidades que le competen al Municipio en razón de esas nuevas exigencias políticas, sociales, económicas y regionales, que imperan en nuestro país.
El otro interrogante que he planteado, se refiere a los recursos que el Estado Municipal dispone para hacer frente a estas nuevas exigencias. Si bien en mi planteo hablo de recursos, lo hago en el sentido de capacidades de hacer o resolver, me refiero a las potencialidades del municipio para enfrentar esta situación emergente. No obstante, el tema de los recursos (en su estricto sentido), como elementos que se disponen para cumplir con una finalidad, no puede dejarse de lado.
Básicamente el Municipio dispone de una estructura organizada que permite lograr las distintas finalidades que el mismo tiene que cumplir. Dentro de esta organización existen recursos materiales y humanos suficientes para atender cualquier demanda social que exista, sólo deberá resolverse la cuestión emergente con creatividad e imponiendo amplios criterios de innovación en materia de gestión administrativa municipal.
El mayor problema que puede presentársele a los distintos municipios es de orden económico-financiero, cuestión ésta que de alguna manera la legislación nacional de las MiPyMes aporta algunas soluciones estructurales. Estas leyes establecen la posibilidad de realizar acuerdos interestatales que podrían constituirse en verdaderas redes a favor de este sector empresario. Pero lo más relevante es que establecen la existencia de diversos mecanismos para lograr el financiamiento de las micro, pequeñas y medianas empresas que estén por formarse o bien aquellas que se encuentren en posición de llevar adelante proyectos de inversión y desarrollo. A través de esos procedimientos, la Nación canaliza recursos financieros de bajo costo y en diversos casos los distribuye por intermedio de los municipios (ver el análisis de la Ley 25300 en el punto 5.).
Después de haber leído lo anteriormente expuesto, surge un nuevo interrogante: ¿De qué manera el Municipio puede actuar para cumplir con esta nueva finalidad? Necesariamente debe entenderse que estamos frente a un sector de suma importancia para nuestra sociedad, por lo tanto debe dársele la relevancia administrativa y legal que le corresponde. Esto podría producirse a partir de la formación de una dependencia oficial o ente coparticipado que sirva de nexo entre el Estado Municipal y este importante sector socio-económico.[11] La creación y formación de estos organismos tienen que ir de la mano de una serie de normas legales que permitan su funcionamiento, le entreguen la jerarquía y poder necesario para cumplir sus finalidades y además establezcan claramente sus funciones y alcances. Desde mi punto de vista y experiencia, considerando que las medidas del ente tendrán efecto directo sobre la sociedad, es oportuno y necesario que en su conformación participen los principales actores sociales de la localidad, llámense entidades intermedias, asociaciones gremiales y profesionales, etc.
Así fue como lo interpreté oportunamente y, en ocasión de elaborar el borrador de lo que posteriormente se transformó en la Ordenanza de Microemprendimientos de Villa Carlos Paz, propuse  -a los fines de promover, impulsar y garantizar el desarrollo socio-económico, disponiendo como eje de acción a  las microempresas (sin dejar de lado a las pequeñas y medianas)- que el Municipio realice las siguientes actividades[12]:
“(...)
Art.8: Créase la Dirección de promoción y fomento de microemprendimientos[13], organismo municipal dependiente de la Secretaría de Economía y Finanzas, que se constituirá en la autoridad de aplicación, a todos los efectos de la presente ordenanza.
Art.9:Serán funciones de esta Dirección:
a.    Promover el desarrollo y crecimiento de las microempresas.
b.    Llevar un registro de las microempresas habilitadas y de los microemprendimientos que ellas desarrollen.
c.    Verificar el cumplimiento de las disposiciones de esta ordenanza y sus reglamentaciones, aplicando las medidas correctivas, preventivas o punitivas, en un todo de acuerdo a la normativa existente o aquella que específicamente se dicte.-
d.    Proponer normas, proyectos, acuerdos y toda otra medida conducente a promover, fomentar, apoyar, orientar, facilitar y/o permitir el desarrollo de las actividades de interés municipal, económico y/o social.
e.    Ejercer tareas de fiscalización, supervisión, control y seguimiento de las actividades de las microempresas registradas y que gocen de los beneficios de esta ordenanza.
f.     Apoyar, asesorar, capacitar y colaborar en el desarrollo de actividades productivas y/o de servicios de interés comunitario.[14]
g.    Coordinar con otras áreas municipales, entidades públicas o privadas y con organismos municipales, provinciales y/o nacionales, todo convenio, actividad, proyecto o evento que tenga por finalidad el desarrollo y promoción de microemprendimientos y consecuentemente favorezcan la creación de microempresas.
h.    Establecer planes de capacitación para microemprendedores de carácter gratuito.
i.     Gestionar beneficios para microempresas que sean contemplados por normas provinciales y/o nacionales.
j.     Proponer al Departamento Ejecutivo la firma de convenios con organismos oficiales y/o privados dentro del marco previsto por las leyes 24467, 25300 y toda otra que se dicte con idénticas finalidades dentro del ámbito provincial o nacional y que se consideren necesarios para garantizar los fines instituidos por esta ordenanza.-
k.    Mantener un registro de microempresas Proveedoras de esta Municipio, a quienes se les otorgará un trato preferencial dentro de los criterios de costo y calidad especificados por la autoridad administrativa correspondiente y bajo el concepto de “Compre en Carlos Paz”.- Para la inscripción en este registro, las microempresas deberán mantener sus obligaciones fiscales (tributarias/administrativas) al día.-
l.     Preparar conjuntamente con el sector empresario correspondiente el proyecto de reglamentación de esta Ordenanza (o sus reformas), el cual se propondrá al D.E. a los fines de su aprobación e implementación.-
(...)”
Como podrá observarse, las posibilidades son innumerables, sólo se requiere una toma adecuada de decisión y llevar adelante el proyecto participativo que se haya elaborado; las condiciones son propicias y tiene que capitalizarse la especial situación que nos encontramos atravesando. El tiempo es hoy y las oportunidades verdaderamente existen y deben aprovecharse.




Prof. José Luis Rigazio





ANEXO I:


INCUBADORA DE EMPRESAS


¿Qué es una incubadora de empresas?

Es una herramienta central en el proceso de generación y consolidación de micro y pequeñas empresas ya que las acompaña desde su creación en aspectos financieros, tecnológicos y operativos. Es un agente facilitador de la innovación tecnológica en pequeñas empresas, un mecanismo de creación de trabajo económicamente sustentable y de desarrollo regional.

        
¿Por qué es importante la creación de una incubadora de empresas?       

Porque contribuye al desarrollo económico generando nuevos productos y servicios. Asimismo, promueven el desarrollo tecnológico, la diversificación de la economía, generan empleo, fortalecen el espíritu de asociación, crean redes de negocios, desarrollan la cultura de gestión promoviendo la innovación y facilitando la transferencia de tecnología.


¿Qué se requiere para lograr el proceso de incubación?

Resulta importante la combinación de gente con ideas, la aplicación de la tecnología, junto con recursos expresados en forma de capital y de know-how o conocimiento. En el medio donde se incuban estas empresas, el sistema financiero favorece sus innovaciones, el sistema de mercado las absorbe y el sistema educativo impulsa la cultura emprendedora.





   Marco estratégico de la incubadora

Visión


Ser una organización reconocida como centro regional de formación, capacitación y desarrollo sostenible de nuevas empresas de base tecnológica que complementen los esfuerzos provinciales de gestión para el desarrollo regional


misión


Realizar las acciones para lograr la transformación de ideas/proyectos con base tecnológica en emprendimientos comerciales capaces de auto sostenerse.


Objetivos generales


·         Incrementar las posibilidades de éxito en un proyecto de base tecnológica.
·         Contribuir al desarrollo de la cultura emprendedora regional.
·         Promover la articulación entre distintas instituciones y actores.


Objetivos específicos


  • Asesorar a los emprendedores incubados para su futura implantación definitiva en el tejido económico local.
  • Alcanzar el auto-sostenimiento de la incubadora.
  • Crear una red de empresas incubadas que colaboren con el funcionamiento de la incubadora.

  •  

Servicios ofrecidos por la incubadora

  • Servicios financieros
  • Servicios tecnológicos
  • Servicios operativos

                             Procesos que realizará la incubadora

§  Proceso de pre-incubación
§  Proceso de incubación

  
Etapas de cada proceso

§  Proceso de pre-incubación
    • Búsqueda de ideas-proyectos
    • Generación de ideas-proyectos
    • Recepción de ideas-proyectos
    • Evaluación de proyectos
  •  

·         Proceso de incubación
    • Etapa 0: calificación
    • Etapa 1: incubación inicial
    • Etapa 2: de incubado a empresa
    • Etapa 3: empresa lista para operar en forma independiente


 
Recursos de la incubadora

§  Recursos materiales
    • Inmuebles y Edificios
    • Máquinas y Equipos
    • Muebles y Útiles
§  Recursos financieros
§  Recursos humanos




[1] La Voz del Interior: 02 de Junio de 1998.
[2] Roberto Fermín Bertossi:  Microempresas: Teoría y práctica – Córdoba – 1997.

[3] Mensaje del Sr. Intendente Municipal  León Grimberg, en la apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante de Villa Carlos Paz – 1º de mayo de 1985.-
[4] José Luis Furlan: Cómo promover desarrollo – La Voz del Interior – 17/09/1998.-
[5] José Luis Furlan:  Experto en gobierno y administración ciudadana - Coord. académico de la Fundación “Ciudad 2000”.-
[6] Luis Molinari Romero: “El Municipio como factor para combatir el desempleo”- La Voz del Interior -
[7] Constitución de la Provincia de Córdoba: Art. 186 – Inciso 14.-
[8] Constitución de la Provincia de Córdoba: Art. 191.-
[9] Víctor Rubén Marcelino: Cartas Orgánicas Municipales – Editorial Advocatus – Junio de 1994.-
[10] Pedro J. Frías: Prólogo al libro “Cartas Orgánicas Municipales” – Editorial Advocatus – Junio de 1994.-
[11] Nota del autor: Pongo por caso el Ente para el Desarrollo Local –EPADEL-, que en la Cdad. de Villa Carlos Paz cumple algunas de las condiciones aludidas, pero que necesariamente su composición y finalidades deberán ser reconsideradas.
[12] Nota del autor: Actividades transcriptas del borrador de Proyecto de Ordenanza, puesto a consideración del I.R.E.S.M. y de la Cámara de Microemprendedores de Villa Carlos Paz, en Diciembre de 2003 y que posteriormente se elevó a consideración del Concejo Deliberante, con algunas modificaciones que fueron consensuadas entre las partes.
[13] Nota del autor: Podría ser la creación de un ente coparticipado.
[14] Nota del autor: Podría considerarse la formación de “incubadoras de empresas”, como factor relevante para llevar adelante el contenido de este punto.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

correo personal