viernes, 30 de mayo de 2014

CARTA ABIERTA A UNA INCIERTA MARÍA BELÉN SANTANA


            Debo referirme así, respecto de alguien a quien “nadie conoce”, que “no tiene rostro”, que “no dispone de antecedentes”, “no existe” y por lo tanto NO TIENE ENTIDAD.
Lamentablemente, esto es cada vez más frecuente dentro de las redes sociales. Oscuros personajes que aparecen detrás de una fachada de humanidad, utilizan un inocente seudónimo y se mimetizan con todos nosotros.
Pero, detrás de estos seudónimos, seguramente se oculta alguien que desea volcar sus frustraciones más abyectas sin dar la cara ni responsabilizarse por lo que dicen o hacen. En lenguaje común, esto se conoce como cobardía.
Hace apenas unos días, de resultas del “affaire” ocurrido en el IESS, tomo conocimiento de la publicación que ha realizado en facebook, dónde, entre tantas cosas, se refiere a mi persona como “el infeliz”. Nada más alejado de la realidad (como todas sus afirmaciones). Por el contrario, soy una persona muy feliz, dispongo de una gran familia a la que amo, con quienes dispongo de relaciones normales y los diferendos los solucionamos con respeto y diálogo; “nunca tuve que agredir a alguien, para terminar con un conflicto”.
He logrado el respeto de mis congéneres, de mis colegas y de mis alumnos. Esto se logra con mucho esfuerzo, dedicación, compromiso e involucramiento. Soy una persona de principios y respeto los valores que la sociedad me impone. Siempre “doy la cara y pongo el pecho a las balas”. Es decir, “me hago cargo” y asumo las consecuencias de mis actos.
Muy por el contrario, este personaje y sus amigos, nunca se hacen cargo de nada y menos de las consecuencias de los actos que producen o provocan. Quisiera ver como van a afrontar el pago indemnizatorio a la Directora que depusieron, monto tan elevado que hoy equivale al costo de un departamento nuevo, céntrico y con cochera… valor que se situaría por encima de los setecientos mil pesos. Por lógica no les interesa, ya que el dinero no proviene de su parte, sino del pueblo que pretende educar a sus hijos dignamente. Tampoco les hizo mella el deterioro y agravio que provocaron a la educación presente y futura de esta sociedad. Realizaron un enroque entre Excelencia y Mediocracia.
Ciertamente, como sostiene, no pude ser el Representante Legal de ese ente por decisión mayoritaria de los socios. Se equivocaron, no decidieron por capacidad y solvencia, sino por facilismo y más Mediocracia. Las pruebas están a la vista, seguramente si yo hubiera estado en ese lugar, esta situación no existiría ni por aproximación, ¿o es que a alguien le queda alguna duda?
Únicamente un estado tal de cosas, puede presentarse allí, donde el Presidente no dispone de un título adecuado que enaltezca el cargo y la Institución, o bien donde el Vice-Presidente sostiene públicamente que el ente es una empresa, olvidándose que se trata de una entidad civil sin fines de lucro” y con una inalterable finalidad social. Este fue y será el mandato fundacional otorgado por el pueblo a los valientes vecinos que tomaron la iniciativa. ¿A todo esto, dónde queda la educación de nuestros jóvenes?
Indudablemente que este mensaje no se lo dedico a personas que se ocultan para realizar todo tipo  de tropelías, más bien se lo entrego al resto de los vecinos, para que les sirva al momento de “identificar a nuestros enemigos”, quienes no son precisamente aquellos con los que mantenemos diferencias o no pensamos de la misma forma. El peligro está en aquellos que se encuentran enfermos de poder, frustración y ansias de figuración; aquellos a quienes la palabra capacidad y honestidad intelectual, les queda demasiado grande.
                                                             José Luis Rigazio.
30 de mayo de 2014  

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